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martes, 6 de julio de 2010

BANDERA DE LA VIDA o LA POESIA COMO BANDERA



BANDERA DE LA VIDA

Por Carlos Dearma / En 1967 (año del fallecimiento de Alberto Hidalgo) es publicada su primera Antología Personal. Antología de poesía que, hasta donde se, fue su último trabajo realizado: Es el mismo Hidalgo quien selecciono cada uno de los poemas que la integran. 

En una entrevista concedida a la revista Vosotras, publicada el 19 de enero de 1967, él mismo lo aclara: En estos momentos he terminado una antología. Allí advierto que mis poemas pueden agruparse en cuatro grandes motivos: los de “Poemas con esencia” o sea los de aquellas composiciones que revelan una raíz metafísica y profunda. Otro tema son los “Libros del Perú”, en donde trato el abolengo, la piedra, la raza de los incas a la que pertenezco. “Edad del corazón” significa el tema del amor, y finalmente debo mencionar la preocupación social, como aparece en “Poesía inexpugnable”, por ejemplo. 

El libro es una edición del CEAL, Centro editor de America Latina, aquella venerable editorial creada por Boris Spivacow y salio del taller de impresión en junio de 1967, unos meses antes de la muerte de Hidalgo. 

En la contratapa recuerda que la obra del autor: …acaba de recibir el primer premio en el concurso instituido por “Fundación de la poesía” Elegí publicar aquí uno de los poemas elegidos por Hidalgo. En particular “Bandera de la vida”. Espero les guste tanto como a mi.

Bandera de la vida por Alberto Hidalgo

Yo digo el fuego
el fuego cuyo volumen ignoran geometrías
cuadrado en sus paredes de llama
cilindro blando en la angustia de la mano opresora
violenta espada en el aire blandida
lengua asentada en el viento como una hoja
de afeitar
Estoy diciendo el fuego

Está en los ojos para que alumbre las miradas
en las de la ternura y en las de la maldad cuando
se cruzan como enemigos en calle de rencor
está en el amor para que arda y esta en el odio
para que se queme
lo ven los hombres y las cosas lo sienten pero lo
callan
y yo lo digo

Yo digo el fuego en la palabra que lo nombra
y en las que no lo nombran también lo digo
Es lo que suena en la voz
es lo que vibra en el canto
y por eso esta dicho en todos los vocablos que
ilustran la garganta
grandes desde el tamaño de las letras hasta Dios

Todo es forma del fuego
desde el agua roja de las venas hasta la sangre
blanca de los ríos
desde el mutismo que nos calla las penas hasta el
grito que ofrece los dolores
el mismo llanto es uno de sus modos de ser

Se lo dice en las manos de la despedida
y en la puñalada enemiga de la noche alevosa
también se lo dice
cuando se piensa y se calla lo que se piensa porque
el silencio es una cúpula de incendio
cuando se muere

El aire lo lleva en sí como a la trasparencia
el agua
mueve el viento ¿ráfagas? Llamaradas
cuelga los árboles sobre la tierra y en ella mete
sus raíces para escudriñarla
en el cielo es azul y en el mar
la montaña lo llama nieve
y los jardines lo pregonan en heridas de flores

Está en nosotros inseparablemente con la
naturalidad con que el color está en el vino
por él andamos y nos caemos y volvemos a levantarnos
agarrándonos de un trozo de su esfuerzo
unas veces lo llamamos música pero los pianos nos
cuecen el alma
otra poesía cuando hasta nos han tostado la carne
los recuerdos
¡ay! Pero a disimularlo no llegaremos nunca

Bandera de la vida izada en lo mas alto de los
hombres
yo dejo dicho el fuego
lo dejo dicho para siempre


ALBERTO HIDALGO



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