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lunes, 16 de agosto de 2010

HIDALGO SOBRE PREMIOS Por CARLOS GARCIA (HAMBURG)



Por Carlos Dearma / Carlos Garcia (Hamburg)nacio en Argentina. Como escritor e investigador ha colaborado en revistas y editado varios libros. Publico 150 trabajos de critica literaria, dando luz a facetas poco estudiadas de Borges, Macedonio y otros escritores: Entre ellos Alberto Hidalgo. Como un adelanto de la entrevista que dio a este blog (proximamente saldra por aqui)y gracias a su colaboracion, tenemos el gusto de publicar uno de sus trabajos sobre Hidalgo titulado: Hidalgo sobre Premios.


Hidalgo sobre Premios Por Carlos García (Hamburg)

A Susana
Gracias a algunas publicaciones de los últimos años, es bien conocido, entre tanto, el genio desplegado por Alberto Hidalgo a la hora de fustigar o calumniar a alguien.
Mediante esta nota deseo presentar un caso poco difundido, que rezuma menos violencia que ironía.
Aludo a “Crítica de los Premios Municipales”, que Hidalgo publicó en el primer número de Pulso. Revista del arte de ahora.
De esa publicación, fundada y dirigida por Hidalgo en Buenos Aires, aparecieron en total 6 números entre junio y diciembre de 1928.
Colaboraron en ella Antonio F. Ardissono, Roberto Arlt, Alfredo Brandán Caraffa, Bernardo Canal Feijóo, Macedonio Fer¬nández, Eduardo Gon¬zález Lanuza, Raúl González Tuñón, Homero M. Guglielmini, Alberto Hidalgo, Ilka Krup¬kin, Leopoldo Marechal, Carlos Mastronardi, Ricardo E. Molinari, Nicolás Olivari, Roberto A. Ortelli, Alfonso Reyes, Manuel Rodeyro, Erwin F. Rubens, Raúl Scalabrini Ortiz, Fernán Silva Valdés, Amado Villar, Lizardo Zía y otros. Las ilustraciones estaban a cargo de J. Bonomi y Carlos Pérez Ruiz.
No está de más mencionar que la revista se imprimió en los talleres de la Sociedad de Publicaciones “El Inca”, que pertenecía a Roberto A. Ortelli y Roberto Smith.
Antes de reproducir el texto de Hidalgo, aparecido en Pulso 1, julio de 1928, página 15, conviene hacer algunas breves acotaciones que faci¬litarán su comprensión:
Los Premios Municipales del año 1927 en el rubro poesía fueron otorgados a Ezequiel Martínez Estarada por Argentina, a Tomás Allende Iragorri por La Transfiguración y a Horacio Ángel Schiavo por Aventura. En el rubro prosa se premió a Aníbal Ponce por La vejez de Sarmiento, a Álvaro Melián Lafinur por Las nietas de Cleopatra y a Leónidas Barletta por Royal Circo.
Hidalgo sería, junto a Roberto A. Ortelli, Arturo Cancela y otros, miembro del jurado que otorgaría posteriormente (en 1930) los premios municipales.

Carlos García
(Hamburg, 14-VIII-2010)


En las fotos Carlos Garcia (Hamburg)

[Alberto Hidalgo]
Crítica de los Premios Municipales
Por Alberto Hidalgo / Yo soy un hombre de mi tiempo. Es decir, un hombre en quien el estilo de la inteligencia, o sea la manera de pensar, sufre las sugestiones del momento. Hasta ahora he creído que los premios literarios debían ser otorgados por jurados compuestos exclusivamente de literatos. Desde hoy, ya creo prescindible tal condición. Los últimos premios municipales son la causa del cambio.
Este año, el tribunal edilicio ha estado formado por gente casi toda agena [sic] a las letras. Que yo recuerde, sólo había dos miembros ligeramente ligados con cosas de la pluma: el Sr. Alfredo Bianchi, ad¬ministrador, mejor dicho, gerente de la literatura de la generación a la que hemos pateado el nido; y el Sr. Mariano Antonio Barrenechea, ex-director, filósofo de menor cuantía, e ignorante confeso de asuntos literarios. Y sin embargo ese jurado ha otorgado admirable¬mente los premios. Vamos al grano.
El primer premio, a Ezequiel Martínez Estrada, no puede ser más justo. Su libro Argentina es indudablemente un libro escrito con un porpósito pequeño: el de conquistar voluntades explotando los sentimientos patrióticos. Muchas de sus páginas están vacías a causa de eso: la ocasionalidad del motivo, lo subalterno del anhelo. Pero así y todo, tiene poemas cabales, entre los cuales hay uno, admirable, admirabilísimo, el de la vaca, “en cuyas cuatro patas reposa la arquitectura”. Martínez Estrada es de entre los poetas argentinos que en el sector de izquierda llamamos “pasatistas” el mejor de todos: mejor que Pedroni, mejor que Tallón. Y esto es mucho.
El segundo premio, a Tomás Allende Iragorri no está tampoco mal. Pudo premiarse a Molinari, con quien no resiste la comparación. Pero también pudo premiárselo a él, como se le premió. No ha escrito nada para el recuerdo. Mas sus cosas no son definitivamente mediocres, y hasta se le ve lleno de grandes intenciones. Además, tiene una cara de ángel gordo que clama [a]l cielo. Tres mil pesos lo son.
Y el mejor premio es el tercero. Los premios son pocos. El jurado, sabiéndolo, ha pensado repartirlo. Ha premiado a Horacio Schiavo, lo que es premiar a dos: a él y a Marechal, su maestro. Schiavo queda con los pesos, Marechal con el honor. El jurado no es culpable de que Marechal no haya presentado libro a su dictámen. En este sentido, el veredicto es equitativo. Claro que hubiera sido más hermoso que Schiavo dividiese salomónicamente los dos mil pesos con Marechal. Pero se me ocurre un argumento. De acuerdo con esto último, algunos autores que han obtenido premios en años pasados, de tener que compartirlos con sus progenitores, es casi seguro que al fin de cuentas no se quedarían sino con centavos. Desde luego, todo nos autoriza a creer que si Marechal hubiese publicado este año algún libro, el jurado le habría dado por lo menos lo que a Schiavo le dió. Al fin y al cabo, ha demostrado su buen gusto. El premio ha sido a la poesía “de” nuestro compañero por intermedio de una de sus buenas realizaciones. Pues es urgente dar esto por sentado: que Aventura no es una peor imitación de Días como flechas... Alberto Hidalgo

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